Los primeros auxilios (PA) son fundamentales en el manejo de lesiones y enfermedades de aparición brusca. Una atención inmediata en el lugar de los hechos aliviará el dolor y la ansiedad del herido.
Ahora con la nueva normalidad a la que nos estamos adaptando, nos podemos encontrar con situaciones en las que hasta ahora sabíamos cómo actuar pero que con la de pandemia se nos plantean nuevas dudas acerca de cómo prestar auxilio a estas víctimas.
¿Nos atreveremos a practicar los PA?¿Es seguro?¿Impacta el COVID-19 en la atención en PA?¿Tenemos que hacer algo distinto?
El concepto de bioseguridad siempre ha estado presente en la prestación de los PA, ya que el riesgo biológico se contemplaba en muchas actuaciones, aunque en esta situación, se han añadido medidas de precaución y seguridad personal de quien los aplica.
En todas las actuaciones de socorro, estarán presentes las recomendaciones dadas por los Servicios de Salud, aplicando las medidas higiénicas y las de distanciamiento, y la utilización de Equipos de Protección apropiados a cada situación, cuando la asistencia directa sea indispensable.
Las medidas de autoprotección y de bioseguridad a aplicar por los primeros intervinientes son de especial importancia para no retrasar la atención médica en lesiones y enfermedades graves por temor al COVID-19.
Ahora más que nunca hemos de aplicar las medidas de autoprotección (Bioseguridad) ya que un eslabón fundamental para no retrasar la atención médica en lesiones y enfermedades graves por temor al COVID-19 son los primeros intervinientes, por ello cabe recordar:
La secuencia P.A.S. – Proteger, Avisar y Socorrer (en base a nuestros conocimientos).
Seguir los consejos sanitarios sobre el distanciamiento físico y el uso de equipo de protección individual (EPI) siempre que sea posible, que protegerá al socorrista y también a la víctima.
El socorrista con un deber de cuidado debe ponerse el EPI apropiado (si lo tiene disponible) y proporcionar primeros auxilios sin más demora.
Si la víctima responde y dispone de una mascarilla, animarla a que la use mientras se le atiende.
Siempre que sea posible, usar guantes al tocar o manipular a la víctima (esto no ha cambiado) y realizar higiene de manos tras la asistencia.
En el caso de la Reanimación Cardio Pulmonar RCP, cada vez que se lleva a cabo en el entorno pre-hospitalario: particularmente en una víctima desconocida, existe un cierto riesgo de infección aunque normalmente, este riesgo es muy pequeño si se compara con la inevitabilidad de que una persona en paro cardíaco muera si no se brinda asistencia.
La mayor incidencia de parada cardiaca (75%) se produce en el domicilio de la víctima, por lo que los primeros intervinientes serán familiares de la misma (que valorarán el riesgo desde otra perspectiva).
Durante las maniobras de reanimación existe riesgo de infección cruzada, especialmente vinculada con la respiración de rescate; ante la pandemia de COVID-19 deberemos extremar las medidas de precaución y seguridad personal.
Por ello y en la situación actual, se deben establecer adaptaciones temporales, dando nuevas recomendaciones en las actuaciones de identificación y reanimación tanto de sanitarios como reanimadores.
En reanimadores no formados, las principales adaptaciones para atender un caso presunto o confirmado de COVID-19 son:
Identificación de la parada – Para buscar signos de vida y la ausencia de respiración normal: No escuchar ni sentir la respiración colocando la oreja y la mejilla cerca de la boca de la víctima.
Efectuar la llamada de socorro al 911, si es posible utilizar manos libres y seguir las instrucciones dadas.
Si se percibe un riesgo de infección, los rescatistas deben colocar un paño /toalla sobre la boca y la nariz de la víctima
Si el rescatador tiene acceso a mascarilla u otros EPIS estos deben usarse.
Iniciar RCP solo con compresiones torácicas.
Si tiene acceso a un DEA realice una desfibrilación temprana hasta que llegue la ambulancia.
Después de realizar RCP con compresión solamente, todos los rescatistas deben lavarse bien las manos con agua y jabón. Gel de manos a base de alcohol es una alternativa conveniente.
Ponerse en contacto con las autoridades sanitarias locales o el Servicio de Prevención de la empresa, para solicitar información sobre cómo actuar en el caso de que la víctima sea caso sospechoso o confirmado de COVID-19.
En conclusión, se deberá proveer a los socorristas designados de los equipos de protección precisos frente al riesgo biológico en base a su formación y actuación.
Tanto los reanimadores no formados como los sanitarios deben conocer los riesgos potenciales y como protegerse de los mismos La decisión sobre cuándo y cómo intervenir debe ser individual, pero solo en la medida en que no ponga en peligro a una tercera persona.
Si contamos en la empresa con personal designado para los PA, se les debe de equipar de los EPIs precisos para realizar su función con seguridad, así como una información y formación específica de colocación y retirada.
Es importante, además, incorporar las nuevas secuencias de actuación en los simulacros de emergencia sanitaria a realizar y contemplarlo en los planes de emergencia al menos por el momento.
Ante la COVID-19 hay que hacer pequeñas adaptaciones, pero los PA pueden seguir salvando vidas con seguridad.
ALGORITMOS AHA + Guía provisional para el soporte vital básico y avanzado en adultos, niños y neonatos con sospecha o confirmación de COVID-19 (En Ingles)
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